viernes, 27 de diciembre de 2013

La otra Generación del 27

  Carmen Thomàs


Cuando se habla o se escribe sobre la Generación del 27, suele centrarse el discurso en la literatura y los hombres. Es decir, se olvida que también había pintores, escultores, músicos… Y por supuesto, mujeres”. Así empieza el estudio realizado por la escritora Rosa Ruiz Gisbert sobre la relación entre Maruja Mallo y la Generación del 27.


Maruja Mallo y Josefina Carabias con 'Antro de fósiles' en Madrid, 1931

El rayo que no cesa: Maruja Mallo y Miguel Hernández

Carmen Thomàs

Maruja Mallo influyó en la obra de muchos artistas que hoy día sí aparecen en los libros de texto. Fue pareja durante cinco años de Rafael Alberti, cuya decepción y dolor jamás logró superar. José Luis Ferris nos confesaba que durante su exilio, Maruja sufrió una caída montando a caballo, en cuyo tiempo de reposo y delirio tan sólo pronunciaba el nombre de Rafael Alberti. Pero fue la obra  y vida de Miguel Hernández las que Maruja Mallo selló con su recuerdo.

'La sorpresa del trigo' (Maruja Mallo) 

Soy un triste instrumento del camino.
Soy una lengua dulcemente infame
a los pies que idolatro desplegada.


El personaje: Maruja Mallo

Carmen Thomàs | Reportaje | Artes plásticas 

Maruja Mallo y Josefina Carabias con 'Antro de fósiles' en Madrid, 1931

Ana María González Gómez, una de las madres del surrealismo pictórico, nació un 5 de enero  de 1902 en Lugo, sin saber aún que estaría condenada a pertenecer a ese pequeño grupo de personas (pocas, y por lo tanto, solitarias) que no pueden evitar ver el mundo de otra forma, individuos que nacen y sobreviven a una creatividad exacerbada y normalmente reconocida a destiempo. Formaría, junto a Lorca, Buñuel y Dalí, uno de los grupos de artistas más importantes de la historia, aunque en aquella época su importancia se viera eclipsada por el simple hecho de ser mujer.

Comentaba  Marifé Santiago Bolaños (escritora), que la niña que se hizo llamar Maruja Mallo, es una lección porque ella representa en el terreno de la creatividad todo lo que un soñador puede aportar a su época, y, en su caso, a épocas que todavía tienen que llegar.

¿Es la transgresión algo inherente a esta lección que apuntaba Bolaños? José Luis Ferris, autor de artículos y una biografía de la artista (“Maruja Mallo y la Generación del 27”), nos contaba que presumía, de instaurar en España el “sinsombrerismo” en una época (1920) en la que quitarse el sombrero era, para una mujer en España, como ir al mercado en ropa interior. De hecho, empezó a practicar deporte con ropa que era más cómoda de la usual. De esta forma, acompañó en la distancia lo que Gabrielle Bonheur (Coco Chanel) estaba empezando a hacer en un París que seguía estando muy adelantado a la España de los años 20 y las décadas que le siguieron.


Un primer paso: Sufragio femenino

Los antecedentes sobre los que se asienta la igualdad de género en España se remontan a la aprobación de la Constitución de 1931 durante la Segunda República Española. El primer tercio del siglo XX trajo al país unos aires de modernización y de transformaciones políticas que apuntaban a convertir este territorio en una de las democracias más avanzadas del viejo continente. Entre esta serie de cambios sin precedentes se incluye el reconocimiento de la mujer como ciudadano con el sufragio femenino.

Este derecho ya se había concedido de forma sesgada a través del sufragio pasivo en las elecciones a Cortes Constituyentes en 1931, y gracias al cual tres mujeres pasaron a formar parte del Congreso de los Diputados: Clara Campoamor en las listas del Partido Republicano Radical, Victoria Kent en las del Partido Republicano Radical Socialista y Margarita Nelken en las del Partido Socialista Obrero Español. Sin embargo, la máxima exponente y defensora del voto de las mujeres en España fue Clara Campoamor, una abogada que actuó como principal precursora del sufragio femenino en este país, sólo seguido de cerca a nivel europeo por Finlandia(1906), Noruega (1912) y Reino Unido (1928).


Según el texto `Mujeres de España: de la República al franquismo´ (Historia de las mujeres. Siglo XX) de Danièle Bussy Genevois, se produjo un enfrentamiento decisivo entre dos diputadas de la cámara: Clara Campoamor y Victoria Kent. Mientras que esta última abogaba por la “postergación del ideal´” y temía que el voto femenino se inclinara a la derecha por la influencia que la Iglesia pudiera ejercer sobre las mujeres; Campoamor “reivindicaba con ardor la igualdad” y afirmó en su discurso ante las Cortes: “Me siento ciudadano antes que mujer”. Tras un debate parlamentario complicado, finalmente el 1 de octubre de 1931 se aprobó la Constitución que recogía el derecho universal al voto de todos los españoles mayores de 23 años. El 19 de noviembre de 1933 se hizo efectivo cuando las mujeres ejercieron su derecho al voto. Sin duda, momentos cruciales para la igualdad de género en España.

Mujer y cultura, una tarea pendiente

Aitana G.Cantos

Estábamos en un bar tomando algo, cinco hombres y yo, todos nosotros dedicados al ámbito cultural. El mejor currículum de los que estábamos allí era el mío a pesar de mi edad. En ese momento, llega un periodista de este mundillo que era un amigo de uno de los presentes. De forma que comienzan las presentaciones. Mi amigo se dispuso a enumerarle al periodista cada uno de los méritos de los currículum de mis compañeros. Sin embargo, cuando llegó mi turno (me dejó la última), dijo, “Y ésta es mi amiga, María”. Ni siquiera dijo mi apellido. Por una parte, me sentí halagada por ser simplemente su amiga, pero por otro, ofendida, porque parecía que yo no tuviera carrera o que mi vida profesional no contara. Y cosas de esas me pasan todos los días.

Esta anécdota que relata la joven escritora María Zaragoza con una mueca que va desde la media sonrisa hasta la estupefacción ilustra una realidad a la que las artistas y creadoras tienen que enfrentarse a diario. La cultura patriarcal penetra y se extiende a través de todos los ámbitos de la sociedad, desde la política, la economía o el deporte, hasta la cultura propiamente dicha, un sector que ha sido siempre considerado como el vértice del progresismo, el motor de las grandes vanguardias y el único que escapaba a la desigualdad de género. No obstante, la situación actual difiere de esta clásica suposición.


viernes, 20 de diciembre de 2013

Ellos los protagonistas, ellas las secundarias

Llanos de la Rosa Cifuentes | Reportaje

“Un hombre, al menos, es libre; puede recorrer las pasiones y los países, atravesar los obstáculos, gustar los placeres más lejanos. Pero a una mujer esto le está continuamente vedado”. Gustave Flaubert así lo decía en su célebre obra ‘Madame Bovary’ (Segunda Parte - Capítulo III). Quizá, por esa libertad asignada históricamente al hombre, se le ha reservado a él el protagonismo en las grandes obras culturales. Sería lógico pensar que si a la mujer se le asigna el lugar de esposa, amante y madre de los hijos de los protagonistas o de ellos mismos, es porque ese “es el papel que tiene en la vida real”, explica María Teresa Algado, profesora de Sociología en la Universidad de Alicante (UA). “La cultura está relacionada con la sociedad. Si a través de la primera se le muestra a la segunda más ejemplos de mujeres luchadoras e independientes de las acciones masculinas, se motivará a las mujeres a liberarse de esos roles tradicionales y anticuados”, insiste Algado.

Sin embargo, Anastasia Téllez, antropóloga y directora del Máster Universitario en Igualdad y Género en el Ámbito Público y Privado de la Universidad Miguel Hernández (UMH), considera que hasta hace poco la visión de la mujer que daban las artes a la sociedad era “androcéntrica, machista y heterosexual”. La antropóloga reconoce que “seguimos en una sociedad donde se infravalora lo femenino y a las mujeres frente a lo masculino por tónica general”. A pesar de esta teoría, Téllez se muestra optimista y explica que desde hace unas décadas, “se viene viendo un trato más igualitario”.



Sentir como una mujer

Llanos de la Rosa Cifuentes | Despiece

“La experiencia de las mujeres con otras mujeres o consigo misma, la cultura nos la muestra poco y solo son las escritoras, las artistas, las que nos la están empezando a mostrar”, considera Laura Freixas.
Sin embargo, escribir bajo el punto de vista de una mujer no es  algo que esté reservado a ellas. Existen hombres capaces de dar el protagonismo y meterse en la piel de una.

Novela donde las protagonistas, activa y pasiva, son dos mujeres
José Luis Ferris profesor de literatura, escritor y ganador del XXIII premio Azorín , representa uno de esos novelistas. En su libro “El amor y la nada”, por ejemplo, dos mujeres conducen al lector por la historia del poeta  Manuel Gilabert. Por un lado, la investigadora que encuentra “insuficientes los acontecimientos que envolvieron la vida amorosa de Manuel Gilabert para alimentar una obra poética de tamañas dimensiones”. Marcela Duarte es la otra protagonista, la mujer que inspiró los versos de Manuel Gilabert y que le recuerda a través de las cartas que se dedicaron.



 Esta musa, creada por  Ferris es solo el ejemplo de que todo artista la tiene. Detrás de cada hombre creador, hay una compañera, y a veces compañero que ha alimentado esa obra”, confirma el autor. Además, añade que a veces ocurre que esa musa no se conoce hasta años después. Es el caso de Carmen Conde cuya  obra más potente  es la poesía amorosa. “La persona que inspiró su obra literaria durante 50 años, no tuvo nada que ver con su marido. La persona que marcó de manera rotunda es Amanda Junquera”, desvela Ferris
José Luis Ferris reconoce que para escribir desde el punto de vista de una mujer se necesita sensibilidad


Pero, ¿cómo escribir sintiendo como una mujer? “Hay hombres que no pueden escribir desde un punto de vista femenino. Yo por suerte sí”, confiesa Ferris. ¿Cómo se consigue adquirir esa empatía? El escritor lo tiene claro: “Para escribir como una mujer hay que conocer su sensibilidad, convivir con ellas. Te fijas en mil cosas, de su día a día”.  Aunque no todo es mera observación. José Luis Ferris   desvela que también existe un proceso de documentación y que “incluso a veces ayuda mirar el diario o la agenda diaria de una mujer”.  Queda claro, que se trata de querer para lograrlo.








La captación de la esencia femenina


Llanos de la Rosa Cifuentes |Despiece

Las diosas de la fertilidad paleolíticas, la Venus de Milo, ‘La Giaconda’ de Da Vinci, ‘La(s) maja(s)’ de Goya, ‘Las señoritas de Avignon’ de Picasso… Y así, una lista interminable de mujeres, reales o ficticias que han pasado a la historia gracias a su representación artística.
Sin embargo, no todos los artistas han sabido retratar la esencia femenina como ente único. O al realizar trazos en el lienzo o esculpir no han sabido reivindicar su dignidad humana, es decir, acabar con la utilización comercial de sus cuerpos o imágenes.


Chon Pérez, licenciada en Bellas Artes y profesora de pintura en Santa Pola, lo tiene claro y se traslada al siglo XV: “Miguel Ángel ha sido el artista que mejor ha representado a la mujer”. Y lo ejemplifica con su obra ‘La Piedad’ Aunque se le podría discutir su aparición únicamente como figura materna, Pérez rebate este argumento: “Además de como madre, aparece como protagonista absoluta, como figura humana importante que sufre y ha tenido mucha relevancia en la historia”, sentencia.

Chon Pérez en el aula donde imparte clases de pintura

Sin embargo, escapando de esa representación cristiana encontramos un ejemplo más actual. Isabel Ferrández es graduada en Fotografía por Artes Aplicadas, licenciada en Bellas Artes y en Antropología Social y cultural. Esta experta en diversos campos artísticos considera que Cindy Sherman es quien mejor ha sabido retratar a la mujer. Sherman es una fotógrafa estadounidense que toma imágenes de sí misma. Aunque Ferrández advierte que “no se puede hablar de su obra como autorretratos”. Su obra trata de expresar el papel de la mujer estadounidense y su representación. Se basa en la construcción de personajes y sus roles, en una ficción-autofabricada en la que aparece como ama de casa, prostituta, bailarina…

“Esta fotógrafa trabaja con el concepto performativo del cuerpo, la subordinación de la mujer y de cómo la sociedad asume los roles establecidos que disfrazan la  verdad del ser humano, que no somos tan diferentes”, aclara Isabel Ferrández. Un buen ejemplo que trata de mostrar de forma realista todos los papeles que representa la mujer día a día y en diferentes ámbitos culturales. 

El cine del 2013

Llanos de la Rosa Cifuentes | Despiece

El 2013 ha dejado grandes películas. Algunas ya suenan, incluso, como firmes candidatas para los Óscar. Pero, ¿qué papel han interpretado los personajes femeninos en ellas?

Una de las más taquilleras, y que podría alzarse con los premios relacionados con los efectos especiales y audiovisuales, es ‘Gravity’, de Alfonso Cuarón. La película batió récords al recaudar más de 100 millones de dólares y seguir un ritmo estrepitoso de salas llenas durante cuatro semanas. El film relata la lucha por sobrevivir de la ingeniera y doctora Ryan Stone (Sandra Bullock) y el astronauta Matt Kowalsky (George Clooney). Los dos protagonistas e interpretando personajes respetados y exitosos por igual.

Pero ser protagonista no implica tener un papel que se salga de los tópicos. Jasmine French (Cate Blanchett) es la neurótica, engreída y despreciativa protagonista del último largometraje de Woody Allen, ‘Blue Jasmine. Como si los adjetivos “rica” y “exitosa” tuvieran que ir unidos siempre de los de “desagradable”, “altiva” o “antisocial”.

12 años de esclavitud (Steve McQueen) representa la película que cerrará este año, aunque no terminará con el año su historia en la salas y taquillas. Comparada, inevitablemente, con la también taquillera ‘Django’ (Quentin Tarantino), la de McQueen cuenta de forma detallada el proceso de sometimiento de un hombre, de color (de nuevo, la vida en masculino). Este rescate en 2013 de la memoria de la América más profunda, ha sido alagada por diferentes colectivos. Sin embargo, en ninguno de los largos referidos a la esclavitud norteamericana, se ha buscado el punto de vista de las mujeres esclavas. Django, por ejemplo, representa el prototipo de héroe que busca su libertad para poder salvar a su esposa. Pero de ella y su vida como esclava, de sus sentimientos o sus luchas por sobrevivir, poco o nada se muestra.

En otras, como ‘La vida de Adéle, esta vez sí, las protagonistas absolutas son dos chicas, sus sentimientos, su camino a la madurez y sus conflictos internos. Aunque no a todos ha contentado, ya que algunos críticos han explicado que se relata desde una perspectiva masculina.



Aunque la visión mejora, parece que todavía se debe cambiar la apreciación que se tiene de algunos sectores femeninos. Pero, sobre todo, se debe aprender a meterse en la piel de ellas y saber contarlo después.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Fallece Lolita Sevilla, la voz de Bienvenido Mr. Marshall

Y cerramos el día con otra mala noticia. Lolita Sevilla, la actriz y cantante que puso la voz a la canción más simbólica del cine español en "Bienvenido Mr. Marshall", ha fallecido a los 78 años en el hospital Gregorio Marañón de Madrid. 

El periodista Pepe Camacho ha comunicado la noticia en Twitter y posteriormente la Agencia Efe ha confirmado el fallecimiento con fuentes familiares.

Siempre nos quedará ese emblema del cine español, ese "Americanos, os recibimos con alegría..." con el que Berlanga hizo una sátira de la España franquista. La voz de Lolita Sevilla se nos queda en la memoria en su paseillo del brazo del genial Pepe Isbert y de Manolo Morán. Hasta siempre.




Muere la Rebecca de Hollywood


Hoy es un día triste para el cine. Joan Fontaine, una actriz que copó la gran pantalla durante los años dorados de la meca del cine, ha muerto a los 96 años en su casa en Carmel (California, EEUU) por causas naturales, según una información de El País.


Promo #01