domingo, 8 de marzo de 2015

¿Soy feminazi?

Llanos de la Rosa | Opinión

“De verdad, que cuando os sale la vena feminazi, no hay quien os aguante”.

Tantas veces he oído o leído esta frase  (u otras similares) en conversaciones con amigos y amigas,  que, la última vez, decidí obviarla. Pensé que prefería no responder a eso y a todo lo que vino después, ¿para qué? Además, desde hace unas semanas, me empecé a replantear si no tienen razón. Igual lo soy y no me había dado cuenta, o no había querido asimilarlo. Así que, cuando volví a leer eso y una ristra de razones, después, de porqué exageramos algunas mujeres, preferí guardar silencio.



Pero el resto de día me invadió un sentimiento de culpabilidad enorme… Si empiezo a callarme, ¿no estoy dando la batalla por perdida? Me dio miedo que me calificaran de extremista, otra vez, por lo que yo considero ser "feminista".

La RAE recuerda que el "feminismo" busca la igualdad. Nunca la superioridad



No dije nada porque yo sí creo que un día de la Mujer Trabajadora, no es lo mismo que el día del Trabajador. Vale, el del 1 de mayo engloba a todos, y hay quienes opinan que separarlo, puede ser de por sí discriminatorio. Pero yo me pregunto, ¿a las mujeres no nos costó mucho más salir de casa, ser independientes y poder trabajar? ¿Por qué no podemos celebrar y conmemorar eso? No creo que sea algo tan “feminazi” o extremista. Porque no exigimos  ser superiores o ganar más que lo los hombres. Simplemente lo mismo. Y lo mismo pienso del día Contra la Violencia de género, del que también he tenido que escuchar críticas por no englobar a otros sectores. Por desgracia, sigue siendo un fenómeno bastante común en nuestra sociedad. No voy a negar que también existan hombres que sufran maltrato, pero las cifras están ahí. Y, de verdad, ojalá no tuviera que existir un día así. Pero me indigna escuchar a la gente hablando de lo "estúpidos" que son estos días. 

Lo mismo piensan sobre la lengua española. “Si hablamos siempre así y entre todos nos entendemos, ¿por qué tenemos que cambiar algunas cosas?” Me preguntaban. Pues porque la lengua evoluciona. Igual que hemos desterrado o añadido términos, ¿tanto nos cuesta cambiar el significado o uso negativo de otros? Entiendo que hace dos siglos se viera bien, pero la sociedad ha cambiado, las mujeres tienen muchos más derechos que antes, ya forman parte de los círculos laborales y mandatarios etc. Y no me meto aquí en la feminización de palabras como las que hacen referencia a las profesiones, porque aquí soy partidaria de términos neutros que eviten  hacer pensar que nos van a ver UN médico y UNA enfermera, pero lo contario casi nunca nos venga a la mente.

Aunque, si hay algo que me parece verdaderamente grave es que sigamos llamándonos “putas” unas a otras, o que continuemos viendo normales algunos prototipos que deben  tener “el hombre y la mujer ideales”. Un macho viril y que nos defienda siempre. Porque somos unas damas desprotegidas. O que mantengamos unas actitudes concretas para agradar a nuestros novios o futuribles.O que todo lo que he contado antes se lo haya oído a más mujeres que hombres. Si nos tiramos piedras sobre el tejado... ¡paren este mundo que me bajo! (Como diría mi Mafalda)

Solo digo que, igual que yo he vivido en un mundo menos machista del que vivió mi madre, quiero que mis futuros hijos hagan lo propio. Y considero que el machismo nace de pequeñas acciones cotidianas que podemos intentar combatir. Sin que eso nos haga hembristas por fuerza. Al igual que hace unos años se podía ver raro que una mujer trabajara fuera de casa, y eso no significaba que no defendieran algo totalmente lícito.

Recuerdo que las feministas solo queremos la igualdad. No la superioridad. Nunca entenderé porqué algunos se sienten tan amenazados cuando intento defender mis derechos. Ni porqué se usa con tanta facilidad el término “feminazi”.La gente confunde su significado y lo emplea donde quiere decir “feminista”


Si por pensar todo esto (y  algunas cosas más), soy feminazi, pues me declaro culpable. Me tocará reconocerlo cada vez que me lo vuelvan a decir. Pero mientras siga teniendo dudas, me seguiré declarando feminista. A secas. Y seguiré  luchando por la IGUALDAD. 

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