Carmen Thomàs | Despiece
Alice Guy Blaché en Madame a des envíes |
Isabel
Coixet
despegó gracias al éxito recaudado por “Mi vida sin mí”, y Sofía Coppola consagró a una jovencísima Scarlett Johansson con la
galardonada “Lost In Translation”, pero no
fueron de las primeras. En la sombra y haciéndose un hueco con notable
dificultad encontramos a directoras de
cine clásico como Ana Mariscal,
considerada “la mejor directora de cine español” o Agnès Varda, nacida en Bruselas y apodada la “abuela de la Nouvelle Vague”. También dejó
huella la angloestadounidense Ida
Lupino, que se estrenó en la realización en el año 1949, y fue la primera
mujer en dirigir una película de cine
negro con The
Hitch-Hiker en el año 1953. Pero si hablamos de Historia del Cine, es inevitable nombrar a Alice Guy como gran olvidada y hasta incluso apartada realizadora.
Según Alison
McMahan en “Alice Guy, una visionaria perdida del cine”, se puede considerar a
Guy como la primera narradora visual de la historia del cine, así como la
fundadora del cine como narración cultural y la primera persona que dirigió una
película propiamente dicha. Alice llegó a competir con Hollywood como
productora y realizadora independiente, adelantándose a su tiempo y allanando
el camino a otros realizadores independientes que vendrían detrás. Además, fue
la primera en usar grabaciones con un gramófono al mismo tiempo que las
imágenes, fue pionera en la producción de cine a color, así como en la utilización
de los efectos especiales (la doble exposición del negativo, las técnicas de
retoque, la cámara lenta y cámara rápida, el movimiento hacia atrás…). Pero el
cambio social y el rompimiento con los cánones establecidos de la época no sólo
se reflejó en el hecho de que fuera una mujer en pleno 1900 la que dirigiera
más de 600 películas: fue una de ellas la encargada de pasar a la historia como
el primer film en el cual todos los personajes eran afroamericanos (Un tonto y
su dinero, 1912).
Sin embargo, y a pesar de haber sido, hasta hoy (200 años más
tarde) la única mujer que ha dirigido su propio estudio cinematográfico, el
nombre de Alice Guy Blaché permanece en la sombra de las olvidadas por gran
parte de la Historia del Cine y, desde luego, por la gran multitud de los
espectadores.
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