Carmen Thomàs | Literatura | Crítica
Se ha necesitado un estudio para que muchos se plantearan el
compendio de argumentos y retahílas machistas embutidos en un libro
desliteraturizado como es “50 sombras de Grey”. Cerca de 500 páginas numeradas
y escritas de forma superficial y mediocre (y que fluyen, no por exceso de agilidad, sino por falta de densidad) que lleva ya mucho tiempo arrasando en la lista
de Best Sellers, ¿gracias a qué? Pues gracias al morbo que implica que te
vendan algo como sexualmente transgresor, erótico, abierto y romántico. Una novela falta de erotismo, pues está exenta de cualquier atisbo de gracia y/o talento literario que la conviertan en cuna de algo más que simples palabras una detrás de la otra.
"Quiero que te rindas a mí en todo voluntariamente. Para complacerme" (Christian Grey)