Carmen Thomàs | Reportaje | Artes plásticas
Maruja Mallo y Josefina Carabias con 'Antro de fósiles' en Madrid, 1931 |
Comentaba Marifé Santiago Bolaños (escritora), que la niña que se hizo llamar Maruja Mallo, es una lección porque ella representa en el
terreno de la creatividad todo lo que un soñador puede aportar a su época, y,
en su caso, a épocas que todavía tienen que llegar.
¿Es la transgresión
algo inherente a esta lección que apuntaba Bolaños? José Luis Ferris, autor de
artículos y una biografía de la artista (“Maruja Mallo y la Generación del 27”),
nos contaba que presumía, de instaurar
en España el “sinsombrerismo” en una época (1920) en la que quitarse el
sombrero era, para una mujer en España, como ir al mercado en ropa interior. De
hecho, empezó a practicar deporte con ropa que era más cómoda de la usual. De
esta forma, acompañó en la distancia lo que Gabrielle Bonheur (Coco Chanel) estaba
empezando a hacer en un París que seguía estando muy adelantado a la España de
los años 20 y las décadas que le siguieron.